LO QUE NADIE TE HA DICHO SOBRE DARWIN

       LO QUE NADIE TE HA DICHO, EN DETALLES,

                      SOBRE LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DE CHARLES DARWIN

Tomado de mi libro: Reflexiones de un filósofo de barrio, publicado en freeditorial.com, descárgalo en formato PDF gratis.

En lo adelante expongo una serie de datos históricos bien establecidos y de fácil verificación, no opino sobre ellos, solo los comunico en interés de inducir el interés por la investigación y la lectura.

Breve resumen sobre la teoría de la evolución, de Darwin. Charles Robert Darwin (1809-1882) publica en 1859: On the Origin of Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Strugglefor Life (El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida; no sé si a, usted, quien lee, como a mí, no le llama la atención eso de: la preservación de las razas favorecidas) pero no nos detengamos en eso.

Mucho antes de Darwin, la concepción evolutiva (en contraposición a la cosmogonía creacionista, impuesta por las tradiciones, y luego sustentada por las distintas religiones institucionales) ya venía dando pasos, durante el transcurso de la historia, en los estudios y observaciones de distintos naturalistas: Aristóteles, Plinio el Viejo, Linneo, Cuvier y Buffon, entre los más renombrados, fueron precursores del evolucionismo biológico; aunque fue, el francés, Jean-Baptiste-Pierre-Antoine de Monet de Lamarck, el primero en formular una teoría de la evolución biológica y en acuñar el término Biología, entre otros aciertos que le dan celebridad.

En este libro (me refiero a El origen de las especies…) se aprecia (y el propio Darwin lo afirmó) la influencia de Thomas Malthus (1766-1834), sacerdote anglicano, economista y demógrafo, quien sustentara la necesidad, por razones económicas, de reducir la población mundial por medio del control de natalidad por parte del estado; así como que las guerras, epidemias y/o cataclismos puedan ser reguladores naturales para preservar la calidad humana dentro de una cantidad crítica. Muchos investigadores consideran que, el pensamiento malthusiano, fue el trampolín para la idea de la selección natural y la teoría de la evolución darwiniana.

Esta presunción destaca porque se diferencia del evolucionismo lamarquiano. Lamark, ponía a los humanos en la cumbre de la evolución como resultado de la misma. Darwin, lo baja de ese pedestal protagónico y añade un proceso, al que nombra selección natural: el cual garantiza la supremacía de los individuos mejor dotados desde el punto de vista biológico, sobre aquellos más débiles que no logran adaptarse al medio y que, por lo tanto, mueren. Tal, se presenta como una ley de la Naturaleza, con la añadidura de ubicar al ser humano como descendiente de cierto tipo de simio. Además, presenta la idea de que ¡todas las especies vivas! Han evolucionado a partir de un antepasado común por selección natural; lo cual, creó la necesidad de iniciar, y probar, una historia de la evolución, la que se remontaría a un ser primigenio y, con ello, se plantea el asunto del origen de la vida que, más tarde, el ruso Alexander Oparin (1894-1980), a partir de la segunda década del siglo XX, se encargó de amplificar y que, Stanley Miller y Harold Urey, se dice que probaron en 1953, en EEUU, por medio de lo que se conoce como el experimento Urey-Miller; que veremos, más adelante, en ciertos detalles.

Todo esto del origen de la vida, según la teoría darwiniana, retoma el antiguo concepto de la generación espontánea, algo superado desde Pasteur y en contra del postulado biológico de que solo la vida puede generar la vida, pues establece su surgimiento a partir de materia inanimada tema al que, más adelante, también volveremos.

Vale la pena recordar que; en 1858, Darwin; recibe una carta de Alfred Russel Wallace (1823-1915); otro naturalista de meritorios y trascendentes aportes, a quien no conocía de forma personal; en ella le comunicaba, que había elaborado una hipótesis sobre la selección natural y le invitaba a presentarla juntos. Tal circunstancia hizo que, Darwin, se apresurara a publicar su obra; por otra parte, con todo y que se le reconoce como un precursor y/o alguien que contribuyó al desarrollo de la selección natural, Wallace, perdió apoyo ante el consenso científico por su gran interés y afiliación al espiritismo, amén de que fue un activista social que realizó fuertes críticas al sistema económico británico. Meses antes de la edición de, El origen de las especies… ambos publicaron, de conjunto, extractos de sus trabajos.

En la actualidad y a partir de 1931, las ideas darwinianas sobre la evolución forman la base de la síntesis evolutiva moderna y, continúan siendo, parte del acta fundacional de la Biología.

Algunos datos sobre Darwin. Contrario a lo que, cualquiera, pueda creer no obtuvo ningún diplomado en Ciencias con anterioridad a la formulación de su teoría. A los dieciséis años, como su padre era médico éste lo envío a la universidad de Edimburgo a estudiar Medicina. No se sintió cómodo con esta disciplina; coleccionó escarabajos, aprendió a disecar animales y terminó graduándose en Cambridge, en Teología, para ser pastor anglicano. Fue autodidacto en distintas profesiones como la Geología o el trazado de mapas geológicos.

En 1831, con veintidós años de edad, por mediación de John Stevens Henslow; persona con contactos influyentes, su profesor de Botánica, en Cambridge e íntimo amigo; consiguió nómina en la dotación del barco HMS Beagle, en un puesto de naturalista sin retribución, más bien como acompañante del capitán del buque, pues los capitanes de la marina británica eran personas de cierta cultura y requerían tener alguien con quien no aburrirse durante largas travesías, ya que el resto de la marinería eran hombres rudos. El viaje era con el fin de cartografiar las costas de América del Sur y duró casi cinco años, aunque fue planeado para dos.

Durante todo el viaje, Darwin, realizó numerosas observaciones, dibujos y apuntes, y mantuvo al tanto a Henslow, por correo. A la altura de las Islas Galápagos, le llamó la atención distintos tipos de pinzones, de pico corto, largo y mediano sobre los cuales desarrolló su teoría; mientras, Henslow, preparaba expectativa en los medios científicos sobre los trabajos de Darwin, lo cual favoreció mucho la divulgación de su obra al regresar.

Fue un individuo enfermizo. Sufrió una rara dolencia que, en su tiempo, no pudo ser clasificada y que ha pasado a llamarse la enfermedad de Darwin, otros piensan que se trata de la enfermedad de Chagas, pero los médicos de la época consideraron que era constante angustia; muchos piensan que se trata de neurosis, otros de hipocondría. Murió producto de una de estas crisis de decaimiento, dolores en el pecho, arritmias cardiacas y problemas estomacales que no le permitían trabajar. Murió a la edad de setenta y tres años y tuvo diez hijos con su esposa y prima, Emma Wedgwood.

Impacto inicial y repercusión de la teoría de Darwin. Cuando Darwin publica su teoría en 1859, el academicismo científico de Inglaterra era de orientación lamarquiana; esto le costó fuertes críticas y rechazo pero, cinco años más tarde, en 1865, Francis Galton, primo suyo; quien por aplicar la teoría darwiniana a la Psicología, es considerado el padre de la Psicología Diferencial; propone otra hipótesis: la Eugenesia, al tomar el proceso de la selección natural y emplearlo de forma dirigida, experimental y/o artificial en la sociedad.

También, Galton, fue el primero en iniciar estudios biométricos comparados en humanos y estableciendo, de igual manera, aportes sustanciales en la ciencia Estadística, a partir de las mediciones antropométricas, las cuales realizó en sus congéneres, en un laboratorio que estableció para ello, durante seis años, en Londres. No parece casual que, en ese año, 1865, aparezca, en el sur de los EEUU, el Ku Klux Klan, secta secreta basada en la superioridad de la raza blanca.

Tal teoría tuvo enseguida aplicación experimental por parte de las autoridades sanitarias en los gobiernos de EEUU, Inglaterra, países de Europa y América del Sur, dando lugar a prácticas de limpieza étnica mediante esterilización de personas con discapacidad física o intelectual, delincuentes, pobres o minorías raciales, todo lo cual terminó dando, con posterioridad, fundamento científico y moral a los programas de saneamiento racial nazi.

De forma paralela en 1864, Thomas Henry Huxley, funda el X Club, grupo de nueve destacados hombres de ciencia, influyentes académica, política y económicamente. Uno de ellos, Joseph Dalton Hooker, íntimo amigo de Darwin, era yerno de, John Stevens Henslow, profesor y mentor de Darwin, aquel que le consiguió enrolarse en el viaje del Beagle. En definitiva, el X Club, termina ofreciendo apoyo a la corriente darwinista de la evolución y al movimiento eugenésico.

De igual manera, no puede perderse de vista que el del proceso de selección natural se presenta como una ley biológica de la Naturaleza, con respaldo científico y moral para la supremacía de los fuertes sobre los débiles.

En otras palabras: de los blancos de Europa occidental sobre los negros de África, los asiáticos y las minorías raciales o grupos humanos de escasos recursos, nivel intelectual en cualquier parte del mundo; una forma de legalizar al colonialismo como tal, la depredación de los recursos de los países colonizados y la explotación de las clases mayoritarias, entiéndase campesinos y obreros o, más claro, patente de corso para lo que hoy conocemos como injusticia social.

Inconsistencias de la teoría darwiniana

Quizás el hecho de que esta teoría ha resultado, al parecer, muy coherente y sólida cada vez que algún investigador se levanta para señalar las múltiples inconsistencias que plantea a la luz de los nuevos descubrimientos de la ciencia, los académicos e instituciones científicas como que se sienten agredidas y reaccionan, con fuerza, en contra. Pero ¿Qué pasa con Darwin que no se puede contradecir su teoría? Einstein, echó por tierra los postulados de Isaac Newton, removiendo las bases de todo el conocimiento de la Física Clásica, la cual parecía incólume; sin embargo, sobre la teoría darwiniana; plagada de, lo que parecen ser,desaciertos, en varios casos verdaderos fraudes, así como múltiples lagunas; tal parece que no se puede disentir.

¿Por qué se puede dudar de Newton y no de Darwin?

A los niños se les enseña y a los adultos se les presenta la evolución como un hecho probado y demostrado desde hace tanto tiempo que no vale la pena o sería ridículo discutir, todavía, sobre ella.

Dr. Roberto Fondi, paleontólogo, profesor de la universidad de Siena, Italia.

 

El asunto de los fósiles en estratos rocosos: Muchos paleontólogos son del criterio que si la evolución hubiera tenido lugar, luego de dos siglos de búsqueda de fósiles, debía haber suficiente material de confirmación, cosa que no ocurre y es poco probable que cambie en lo sucesivo. El hecho probado es que no existen fósiles de los representantes transicionales ¡no solo de humanos! sino entre ¡ninguna! de las distintas especies vivientes del planeta, con sus posibles antecesoras.

Hasta finales del siglo XX se pensaba que los bancos de estratos de sedimentos que dieron lugar a las rocas sedimentarias (las cuales son casi el setenta y cinco por ciento de las rocas de la corteza del planeta) y que son visibles en las fallas montañosas, grandes acantilados, en cañones o profundos desfiladeros; correspondían a eras geológicas y que podían tardar millones de años en formarse, así como que los bancos de estratos inferiores eran más antiguos y los de la superficie más recientes; por tanto, se fechaban los fósiles descubiertos en función de la profundidad o nivel en que se hallaran.

Hoy, se sabe que no es así.        

En una mina de carbón en Birmingham, EEUU; en Australia y otros lugares del mundo, se han hallado árboles fosilizados ¡de hasta doce metros de altura! cuya verticalidad atraviesa hasta cuatro y más capas de bancos de estratos, lo cual sería imposible si cada banco tardara millones de años en formarse; pues, mucho antes de terminarse de formar el primero, ya el resto del árbol se hubiera podrido.

Por otra parte, el dieciocho de mayo de 1980, a las 8:32 am, hizo erupción el volcán del Monte Santa Helena, en el estado de Washington. Se desplomó la cara norte del monte, la cual cayó en el lago Espíritu, creando un tsunami de doscientos cincuenta metros de altura y en cuestión de horas se depositaron escombros en un área de sesenta y dos kilómetros cuadrados, con una altura de casi más de ciento ochenta metros, luego la erupción produjo, en cuestión de horas, un cañón que, una vez seco, tiene más de treinta metros de profundidad y sesenta de ancho con la clásica división en bancos estratificados, algo que hubiera supuesto millones de años para su creación. Pero, hay más.

Durante los años finales de la década del cincuenta del siglo XX, el geólogo alemán, Johannes Walter, estudió los asentamientos de la bahía de Nápoles, en Italia, mediante muestreo de probetas realizadas in situ, llegando a la conclusión de que era error afirmar que los bancos inferiores fueran más viejos que los superiores.

Más tarde, entre los años 1970 y 1980, el buque Glomer Challenger realizó prospecciones en las rocas sedimentarias del lecho marino del Océano Pacífico, confirmando que todas las rocas sedimentarias del mundo se formaron de la misma forma, como prueba del descubrimiento de Johannes Walter.

Con posterioridad, se probó, en ensayo experimental de laboratorio, en Francia, y tuvo amplia difusión, siendo divulgado con amplitud y filmado el proceso dejando, sin lugar a dudas, los nuevos postulados. Esto hace pensar que, quizás, la edad de la Tierra no sea tanta como se le supone, ya que incluso los fechado mediante métodos con isótopos radioactivos, como el del carbono catorce u otros elementos, introducen tal cantidad de variantes que encaminan a error que no los hacen confiables: primero, porque el carbono catorce solo es medible en restos de seres vivos, no en fósiles convertidos en piedra, de forma similar ocurriría si se probara con isótopos de otros elementos, pues podría ocurrir contaminación, por exceso o defecto, de soluciones o disoluciones de sales del elemento de referencia, durante largos periodos de tiempo, en las muestras analizadas.

Por ejemplo: se analizó, por el método del potasio-argón, un fragmento de roca procedente de un volcán de Hawái cuya erupción fue a principios del siglo XVIII; la misma había estado bajo agua durante algún tiempo, esto debió producir disolución de sales de su contenido, el caso es que el análisis debió mostrar un fechado de unos doscientos años, sin embargo, debido a tal circunstancia, la edad arrojada fue de veintidós millones de años. Fragmentos de lava del volcán Walalei, formados en 1801, arrojaron edades que oscilaban entre ciento sesenta millones y los tres mil millones de años.

El asunto de la evolución visto desde la Biología Molecular y la Genética: Todos los grupos biológicos y formas vivientes desde las bacterias y algas hasta los vertebrados aparecen como de repente en el registro fósil rocoso sin vínculo que las una. Por otra parte, afirmar que si en el pasado existieron animales y plantas diferentes a las actuales es porque los de hoy derivan de aquellos que han desaparecido, es un error mientras no hayan pruebas; aquellos no dieron origen a los de hoy, solo desaparecieron sin dar lugar a otros nuevos. En la actualidad, asistimos a la desaparición o extinción de especies sin que signifique que aparezcan otras, solo desaparecen, nadie sostiene que los mamíferos se desarrollaron a partir de los dinosaurios.

 Según el doctor Giuseppe Sermonti, biólogo molecular y especialista en genética,… nada puede permitir a un organismo primitivo transformarse en otro más complejo. Lo que aparece como un organismo simple es, de hecho, una realidad biológica muy complicada, incluso las bacterias poseen estructura genética y bioquímica que no puede provenir de formas simples. La complejidad existe desde el propio origen y este es el misterio. El estudio del núcleo de la célula muestra que el sistema responsable de la producción de las enzimas (sin las que la síntesis de proteínas no tendría lugar) es idéntico desde la bacteria hasta el humano, es un proceso que no ha tenido evolución, es perfecto desde el inicio.

Con esto, el proceso de la selección natural no se niega, solo que puede producir cambios e introducir variedades dentro de una especie, no crear otras, de ahí que sea posible manipular, mediante cruces, distintas características de los animales, produciendo ejemplares novedosos como los peces gold fish o los perros dobermann, sin que ello constituya una nueva especie.

El origen de la vida y la teoría de la generación espontánea.  Esta es una antigua teoría biológica de explica el surgimiento de la vida, ya fuera animal o vegetal, de forma espontánea a partir de materia inorgánica, expuesta por Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.) por inferencia de la simple inspección de la realidad cotidiana, ya que surgían gusanos del fango, moscas de la carne podrida, así como insectos y ratas de los desechos húmedos y oscuros.

No fue hasta el año 1668 que el médico italiano, Francesco Redi, realizó el siguiente experimento: colocó cuatro vasos en los que puso, respectivamente, un trocito de serpiente, pescado, anguila y de carne de res. Preparó luego otros cuatro recipientes con las mismas sustancias y los dejó abiertos, mientras que los primeros seguían cerrados con hermeticidad. Algunas moscas, atraídas por los alimentos de los frascos abiertos, entraron a comer y poner huevos; luego, en esta serie de vasos aparecieron larvas. No ocurrió, sin embargo, ni después de meses, en los vasos cerrados. Por lo que Redi concluyó que, los gusanos, se originaban de las moscas, no por generación espontánea.

Algunos objetaron que, cerrados los depósitos, había faltado circulación del aire y eso impedía la generación espontánea. Redi realizó un segundo experimento: esta vez los vasos del experimento solo se taparon recubriéndolos con gasa, por tanto, el aire circulaba dentro. El resultado fue idéntico al del anterior, pues la gasa impedía el acceso de insectos y la deposición de gérmenes, en consecuencia no se daba el nacimiento de las larvas en las carnes, en el interior de los recipientes sino, por fuera, en la gasa. Con esto, Redi, demostró que los gusanos de la carne putrefacta se desarrollaban de larvas que viajaban en las patas de las moscas y no por transformación de la carne. Pero no fue suficiente.

En la primera mitad del siglo XVIII, el sacerdote católico inglés, John Turberville Needham, intentó revivir la generación espontánea con el siguiente experimento: calentó y selló caldo de carne en varios recipientes y dado que se encontraron microorganismos en el guisado tras abrirlos tiempos después, Needham, creyó que esto demostraba que la vida surge de la materia no viviente. Tuvo que venir, en el año 1769, Lazzaro Pudding Spallanzani, profesor de física y matemáticas en la universidad de Reggio y, también, sacerdote católico; para rechazar la teoría de la generación espontánea, prolongando el periodo de calentamiento de los caldos y sellando con más cuidado los recipientes, con lo cual pudo demostrar que tales sopas no generaban, de por si, microorganismos.

Pero, tampoco, fue suficiente.    

Segunda mitad del siglo XIX, Louis Pasteur, realiza una serie de experimentos a fin de probar que, también, las bacterias se originan a partir de otras y no por generación espontánea. Realizó de forma independiente el mismo experimento que Redi y Spallanzani. Utilizó dos frascos de cuello de cisne, similares a un matraz de destilación con boca larga y encorvada, que se van haciendo cada vez más finos, terminando en una apertura pequeña y tienen forma de "S". En cada uno de ellos metió cantidades iguales de caldo de carne y los hizo hervir para poder eliminar los posibles microbios presentes en el caldo. La forma de "S" era para que el aire pudiera entrar y que los gérmenes se quedasen en la parte más baja del tubo.

Pasado un tiempo observó que ninguno de los caldos presentaba señal de la presencia de microorganismos y cortó el tubo de uno de los matraces. El cortado, tardó poco en descomponerse, mientras que el otro permaneció en su estado inicial; demostrando que los microorganismos, tampoco, provenían de la materia inanimada.

Con Pasteur, la idea de la generación espontánea fue desterrada del pensamiento científico. Desde entonces se aceptó, de forma general, el principio que establece como una ley general de la Biología, que todo ser vivo procede de otro ser vivo, que solo la vida puede generar la vida. ¡Pero, tampoco, fue suficiente!

Es probable que la necesidad de probar que toda la vida en el planeta surge de una célula primigenia, algo que propuso la teoría darwiniana, haya llevado a Alexander Oparin, a formular la suya, en 1924, sobre el origen de la vida de forma abiótica o sea por generación espontánea. Siguiendo esta hipótesis, que no voy a explicar ya que se infiere de lo que sigue, los científicos, Stanley Miller y Harold Urey, ya mencionados con anterioridad, dicen haber probado, y otros investigadores así lo consideran, la presunción de Oparin; pues anunciaron haber sintetizado aminoácidos en un laboratorio, una sustancia elemental para la producción de la vida.

El experimento presenta tres problemas: el primero, parte de materiales equivocados; segundo; se desarrolló en condiciones manipuladas y tercero, obtiene resultados incorrectos. Pero veamos los detalles.

Materiales equivocados: parte de considerar gases como el amonio y el metano los cuales no aparecen en cantidades abundantes en la atmósfera terrestre, ni nunca parece que lo hayan sido. El metano hubiera sido descompuesto por la luz ultravioleta componente de la luz solar y el amonio se hubiera disuelto en el barro de sedimentario. Miller, no consideró el oxígeno porque destruiría las mismas moléculas que estaba tratando de formar, no obstante, la Geología tiene suficientes argumentos para considerar que el oxígeno siempre fue abundante en nuestra atmósfera, pues, tan profundo como se cave siempre se hallan rocas oxidadas como prueba.

Condiciones manipuladas: Miller usó un chispazo eléctrico, simulando rayos, para combinar las moléculas gaseosas, pero la misma chispa que las uniría destruiría, también, al aminoácido que intentaba sintetizar; y es mucho más eficiente destruyéndolo que formándolo. Es decir: el problema sería que los aminoácidos, en el matraz, serían arruinados por la misma chispa que los formaría; Miller sabía eso y por ello hizo circular los gases por un conducto para atrapar a las moléculas que deseaba usando un truco tecnológico de Química, pero tal es una habilidad, como hacer trampas.

Resultados incorrectos: obtuvo brea, lo cual es un estorbo para las reacciones orgánicas; así como trazas de aminoácidos que sirven para formar proteínas en organismos vivos pero produjo tantos aminoácidos izquierdos como derechos (levógiros y dextrógiros) y se sabe que sólo los izquierdos forman las proteínas de la vida y una sola derecha impide su producción. De modo que, el resultado, fue una poción venenosa para la vida.

Con esto tenemos que desde el punto de vista de la Biología Molecular el experimento Urey-Miller fue un éxito, pero solo un triunfo que no sirve para confirmar el origen de la vida y con ello, tampoco, la hipótesis de Darwin.

Pero aquí no queda el asunto.

Ante tal situación cada vez más se hacía necesario probar de alguna manera que la generación de la vida a partir de materia inanimada era posible y eso fue lo que dio lugar a la serie de programas de sondas espaciales en búsqueda de un sitio fuera de la Tierra capaz de haber podido albergar condiciones similares a las de nuestro planeta. Dada la cercanía y teniendo en cuenta los inconvenientes de su proximidad al sol, probabilidad de haber tenido agua líquida, etcétera, Marte terminó siendo el candidato elegido.

El caso fue que el veinte de agosto de 1975, partió hacia el planeta rojo la nave Vikingo I; a bordo, un laboratorio robotizado cuya misión era demostrar que la vida podría haberse desarrollado a partir de materia inanimada; creyendo que podrían encontrar fósiles o huellas de seres vivos pero, una vez más, la respuesta fue NO: el suelo de Marte, es: estéril. Al mes siguiente, el nueve de septiembre, partió la nave Vikingo II, para terminar de corroborar lo mismo. La investigación continúa porque aún no es suficiente para ninguna de las partes y esto es parte de lo que hace del desarrollo científico.

La complejidad irreductible. Pues bien, de acuerdo al estado de la Biología en tiempos de Darwin, quizás, él, no pudo encontrar casos de órganos cuya complejidad no pudiera haber sido formada mediante modificaciones pequeñas, numerosas y sucesivas, según la selección natural; pero el desarrollo actual ha podido descubrir dentro de las células lo que se conoce como máquinas moleculares, que no son otra cosa que dispositivos cuya complejidad no puede simplificarse, tanto por lo complicado de su función como por lo dificultoso del montaje de las piezas de que consta, ya que sería imposible su función con otra disposición de sus complementos. De modo que ya el mecanismo es perfecto desde su aparición.

Una de tales máquinas moleculares es, por ejemplo, el flagelo bacteriano, recurso biológico de locomoción de las bacterias; tal, ampliado cincuenta mil veces resulta una maravilla de la ingeniería mecánica pues funciona como un motor fuera de borda, gira a cien mil revoluciones por minuto pudiendo detenerse en seco en un cuarto de vuelta y, de inmediato, marchar atrás, arriba o abajo; lubricación por agua, eliminación de fricción por rodamiento, tiene un estator, un rotor, juntas, articulación en U y propulsión por hélice, motor de energía fotónica y mecanismo que recibe señales del medio externo; Otra máquina molecular son los reguladores adentro-afuera mediante los cuales el núcleo intercambia información con el protoplasma de la célula para el mantenimiento de la vida; los ribosomas que se encargan de producir las proteínas; las mitocondrias son plantas de energía donde se produce el combustible (glucosa) que se consume en la célula, los cuerpos Golgi transportan proteínas a la membrana exterior como si fueran camiones que se desplazan por el retículo endo-plasmático o sistema de vía de transportación; los lisosomas son digestores donde se descomponen y reciclan moléculas grandes convirtiéndolas en partículas que las célula puede procesar… No son necesarias más de dos neuronas funcionales para comprender que la selección natural opera y es eficiente en un orden más superficial, es decir produciendo variedad dentro de una especie, no creando otras nuevas. El caso, por ejemplo de los híbridos como los mulos, producto del cruce entre burro y yegua, resulta un individuo incapacitado por la naturaleza para auto-replicarse pues, el mulo es estéril en totalidad y la mula muy raramente concibe y si así fuera sus crías, si llegan a vivir, nacen débiles y/o enfermizas, se cree que envejecen rápido.

“Si se pudiese demostrar que existió un órgano complejo que no pudo haber sido formado por modificaciones pequeñas, numerosas y sucesivas, mi teoría se destruiría por completo; pero no puedo encontrar ningún caso de esta clase.”

Charles Darwin, El origen de las especies…Tomo II, Capítulo VI, Dificultades de la teoría. pág. 119 versión digital.

Por otra parte, y para concluir, tenemos el asunto mismo del ADN. Para que se produzca son necesarias unas setenta y cinco proteínas, pero tenemos que para ordenar tales proteínas en la estructura del ADN primero se necesita un manual de instrucciones y segundo un mecanismo que dirija ese montaje y tal no es otra cosa que el mismo ADN que se quiere producir, con lo que se llega a un callejón sin salida.

Conclusiones. Este comentario es breve para la complejidad del asunto que intenta recrear, tampoco, es definitivo en cuanto a exposición de datos pues, todavía, la comunidad científica se encuentra dividida en vertientes y criterios a favor o en contra de esta o aquella hipótesis, hay fuertes críticas de parte y parte, y aunque esta exposición pueda parecer, de alguna manera, parcializada hacia la línea creacionista del designio inteligente no sería más que una proclividad propia de la naturaleza del expositor quien, por demás, considera que, de la misma manera, los investigadores que aportan datos desde esta misma frecuencia no han podido, todavía, argumentar con rotundez total la posesión de la verdad.

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