sara fernandez (3)

El analista Roniel Aledo, ex analista de la CIA, expone cómo el marxismo cultural impone "la dictadura del pensamiento" a quien se atreve a cuestionar los nuevos 'dogmas'. La Escuela de Frankfurt, inspirada por Gramsci, instituyó conceptos-dogma como lo 'políticamente correcto'.

Aquí la reflexión.

A partir de entonces, el ateísmo construyó una nueva Religión: la del lenguaje, que defendiendo lo políticamente correcto, ahora está llena de prohibiciones, culpas y persecuciones. ¡Ya no sabe uno cómo hablar en estos días! Es lo que llamo: ¡la Inquisición lingüística!

Si las palabras de alguien bastan para causar el suicidio de otro, ¿por qué tantas otras palabras no bastan para retener a alguien en este mundo? Creo que estamos sustituyendo la religión judeo-cristiana, por la nueva Religión que prohíbe, sanciona y llena de nuevos pecados y culpas: la religión del lenguaje, que regula la Verdad del decir. 

Michelle Carter, de 20 años, durante el juicio. Faith Ninivaggi AP

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Sobre la violencia

"Eran las cinco en punto de la tarde"... Y las voces reflexionaban: ¡México ya no aguanta más! llegó la década de los 90, y con ella nuevos gritos de miedo: ¡algo va a pasar en el país!... Después voces de cambio, promesas y..." Más de lo mismo". Hoy las voces son ecos solo de clichés: ¡es increíble que el pueblo siga aguantando, algo tiene que pasar! . . . Me pregunto, ¿qué están esperando que suceda los grandes pensadores actuales? ¿Qué tipo de Revolución ideal conciben en sus imaginarios? 

¿Qué necesitan para confrontar que desde hace décadas algo acontece? El pueblo ha salido a robar, estrangular, secuestrar, asaltar, matar, avasallando al otro con violencia e indiferencia. ¿México ya no aguanta una más?... Creo que desde hace muchos años ya no aguantó. México está en una revolución, es decir, en una guerra civil. Ya no tiene caso gritar como León Felipe, "¡ahí viene, ahí viene el Lobo! ", cuando llevamos tanto tiempo al interior de sus fauces. Desde hace mucho tiempo son las cinco en punto de la tarde, y el alma, como la de Lorca, sigue estando de luto.

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