Eduardo N Cordoví Hernández, Lawton, La Habana, Cuba.
https://freeditorial.com/en/books/contra-la-persona-que-soy-ensayo
https://freeditorial.com/en/books/cantares-del-tercer-milenio
https://freeditorial.com/en/books/titule-esta-novela
https://freeditorial.com/en/books/apuntes-sobre-la-vida-de-jesus
https://freeditorial.com/en/books/reflexiones-de-un-filosofo-de-barrio
https://freeditorial.com/en/books/enciclopedia-de-curiosidades
https://freeditorial.com/en/books/conspiracion-en-la-habana
https://freeditorial.com/en/books/cuentos-de-otro-mundo
https://freeditorial.com/en/books/bebidas-notables
Todas las publicaciones (135)
LO QUE NADIE TE HA DICHO, EN DETALLES,
SOBRE LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DE CHARLES DARWIN
Tomado de mi libro: Reflexiones de un filósofo de barrio, publicado en freeditorial.com, descárgalo en formato PDF gratis.
En lo adelante expongo una serie de datos históricos bien establecidos y de fácil verificación, no opino sobre ellos, solo los comunico en interés de inducir el interés por la investigación y la lectura.
Breve resumen sobre la teoría de la evolución, de Darwin. Charles Robert Darwin (1809-1882) publica en 1859: On the Origin of Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Strugglefor Life (El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida; no sé si a, usted, quien lee, como a mí, no le llama la atención eso de: la preservación de las razas favorecidas) pero no nos detengamos en eso.
Mucho antes de Darwin, la concepción evolutiva (en contraposición a la cosmogonía creacionista, impuesta por las tradiciones, y luego sustentada por las distintas religiones institucionales) ya venía dando pasos, durante el transcurso de la historia, en los estudios y observaciones de distintos naturalistas: Aristóteles, Plinio el Viejo, Linneo, Cuvier y Buffon, entre los más renombrados, fueron precursores del evolucionismo biológico; aunque fue, el francés, Jean-Baptiste-Pierre-Antoine de Monet de Lamarck, el primero en formular una teoría de la evolución biológica y en acuñar el término Biología, entre otros aciertos que le dan celebridad.
En este libro (me refiero a El origen de las especies…) se aprecia (y el propio Darwin lo afirmó) la influencia de Thomas Malthus (1766-1834), sacerdote anglicano, economista y demógrafo, quien sustentara la necesidad, por razones económicas, de reducir la población mundial por medio del control de natalidad por parte del estado; así como que las guerras, epidemias y/o cataclismos puedan ser reguladores naturales para preservar la calidad humana dentro de una cantidad crítica. Muchos investigadores consideran que, el pensamiento malthusiano, fue el trampolín para la idea de la selección natural y la teoría de la evolución darwiniana.
Esta presunción destaca porque se diferencia del evolucionismo lamarquiano. Lamark, ponía a los humanos en la cumbre de la evolución como resultado de la misma. Darwin, lo baja de ese pedestal protagónico y añade un proceso, al que nombra selección natural: el cual garantiza la supremacía de los individuos mejor dotados desde el punto de vista biológico, sobre aquellos más débiles que no logran adaptarse al medio y que, por lo tanto, mueren. Tal, se presenta como una ley de la Naturaleza, con la añadidura de ubicar al ser humano como descendiente de cierto tipo de simio. Además, presenta la idea de que ¡todas las especies vivas! Han evolucionado a partir de un antepasado común por selección natural; lo cual, creó la necesidad de iniciar, y probar, una historia de la evolución, la que se remontaría a un ser primigenio y, con ello, se plantea el asunto del origen de la vida que, más tarde, el ruso Alexander Oparin (1894-1980), a partir de la segunda década del siglo XX, se encargó de amplificar y que, Stanley Miller y Harold Urey, se dice que probaron en 1953, en EEUU, por medio de lo que se conoce como el experimento Urey-Miller; que veremos, más adelante, en ciertos detalles.
Todo esto del origen de la vida, según la teoría darwiniana, retoma el antiguo concepto de la generación espontánea, algo superado desde Pasteur y en contra del postulado biológico de que solo la vida puede generar la vida, pues establece su surgimiento a partir de materia inanimada tema al que, más adelante, también volveremos.
Vale la pena recordar que; en 1858, Darwin; recibe una carta de Alfred Russel Wallace (1823-1915); otro naturalista de meritorios y trascendentes aportes, a quien no conocía de forma personal; en ella le comunicaba, que había elaborado una hipótesis sobre la selección natural y le invitaba a presentarla juntos. Tal circunstancia hizo que, Darwin, se apresurara a publicar su obra; por otra parte, con todo y que se le reconoce como un precursor y/o alguien que contribuyó al desarrollo de la selección natural, Wallace, perdió apoyo ante el consenso científico por su gran interés y afiliación al espiritismo, amén de que fue un activista social que realizó fuertes críticas al sistema económico británico. Meses antes de la edición de, El origen de las especies… ambos publicaron, de conjunto, extractos de sus trabajos.
En la actualidad y a partir de 1931, las ideas darwinianas sobre la evolución forman la base de la síntesis evolutiva moderna y, continúan siendo, parte del acta fundacional de la Biología.
Algunos datos sobre Darwin. Contrario a lo que, cualquiera, pueda creer no obtuvo ningún diplomado en Ciencias con anterioridad a la formulación de su teoría. A los dieciséis años, como su padre era médico éste lo envío a la universidad de Edimburgo a estudiar Medicina. No se sintió cómodo con esta disciplina; coleccionó escarabajos, aprendió a disecar animales y terminó graduándose en Cambridge, en Teología, para ser pastor anglicano. Fue autodidacto en distintas profesiones como la Geología o el trazado de mapas geológicos.
En 1831, con veintidós años de edad, por mediación de John Stevens Henslow; persona con contactos influyentes, su profesor de Botánica, en Cambridge e íntimo amigo; consiguió nómina en la dotación del barco HMS Beagle, en un puesto de naturalista sin retribución, más bien como acompañante del capitán del buque, pues los capitanes de la marina británica eran personas de cierta cultura y requerían tener alguien con quien no aburrirse durante largas travesías, ya que el resto de la marinería eran hombres rudos. El viaje era con el fin de cartografiar las costas de América del Sur y duró casi cinco años, aunque fue planeado para dos.
Durante todo el viaje, Darwin, realizó numerosas observaciones, dibujos y apuntes, y mantuvo al tanto a Henslow, por correo. A la altura de las Islas Galápagos, le llamó la atención distintos tipos de pinzones, de pico corto, largo y mediano sobre los cuales desarrolló su teoría; mientras, Henslow, preparaba expectativa en los medios científicos sobre los trabajos de Darwin, lo cual favoreció mucho la divulgación de su obra al regresar.
Fue un individuo enfermizo. Sufrió una rara dolencia que, en su tiempo, no pudo ser clasificada y que ha pasado a llamarse la enfermedad de Darwin, otros piensan que se trata de la enfermedad de Chagas, pero los médicos de la época consideraron que era constante angustia; muchos piensan que se trata de neurosis, otros de hipocondría. Murió producto de una de estas crisis de decaimiento, dolores en el pecho, arritmias cardiacas y problemas estomacales que no le permitían trabajar. Murió a la edad de setenta y tres años y tuvo diez hijos con su esposa y prima, Emma Wedgwood.
Impacto inicial y repercusión de la teoría de Darwin. Cuando Darwin publica su teoría en 1859, el academicismo científico de Inglaterra era de orientación lamarquiana; esto le costó fuertes críticas y rechazo pero, cinco años más tarde, en 1865, Francis Galton, primo suyo; quien por aplicar la teoría darwiniana a la Psicología, es considerado el padre de la Psicología Diferencial; propone otra hipótesis: la Eugenesia, al tomar el proceso de la selección natural y emplearlo de forma dirigida, experimental y/o artificial en la sociedad.
También, Galton, fue el primero en iniciar estudios biométricos comparados en humanos y estableciendo, de igual manera, aportes sustanciales en la ciencia Estadística, a partir de las mediciones antropométricas, las cuales realizó en sus congéneres, en un laboratorio que estableció para ello, durante seis años, en Londres. No parece casual que, en ese año, 1865, aparezca, en el sur de los EEUU, el Ku Klux Klan, secta secreta basada en la superioridad de la raza blanca.
Tal teoría tuvo enseguida aplicación experimental por parte de las autoridades sanitarias en los gobiernos de EEUU, Inglaterra, países de Europa y América del Sur, dando lugar a prácticas de limpieza étnica mediante esterilización de personas con discapacidad física o intelectual, delincuentes, pobres o minorías raciales, todo lo cual terminó dando, con posterioridad, fundamento científico y moral a los programas de saneamiento racial nazi.
De forma paralela en 1864, Thomas Henry Huxley, funda el X Club, grupo de nueve destacados hombres de ciencia, influyentes académica, política y económicamente. Uno de ellos, Joseph Dalton Hooker, íntimo amigo de Darwin, era yerno de, John Stevens Henslow, profesor y mentor de Darwin, aquel que le consiguió enrolarse en el viaje del Beagle. En definitiva, el X Club, termina ofreciendo apoyo a la corriente darwinista de la evolución y al movimiento eugenésico.
De igual manera, no puede perderse de vista que el del proceso de selección natural se presenta como una ley biológica de la Naturaleza, con respaldo científico y moral para la supremacía de los fuertes sobre los débiles.
En otras palabras: de los blancos de Europa occidental sobre los negros de África, los asiáticos y las minorías raciales o grupos humanos de escasos recursos, nivel intelectual en cualquier parte del mundo; una forma de legalizar al colonialismo como tal, la depredación de los recursos de los países colonizados y la explotación de las clases mayoritarias, entiéndase campesinos y obreros o, más claro, patente de corso para lo que hoy conocemos como injusticia social.
Inconsistencias de la teoría darwiniana
Quizás el hecho de que esta teoría ha resultado, al parecer, muy coherente y sólida cada vez que algún investigador se levanta para señalar las múltiples inconsistencias que plantea a la luz de los nuevos descubrimientos de la ciencia, los académicos e instituciones científicas como que se sienten agredidas y reaccionan, con fuerza, en contra. Pero ¿Qué pasa con Darwin que no se puede contradecir su teoría? Einstein, echó por tierra los postulados de Isaac Newton, removiendo las bases de todo el conocimiento de la Física Clásica, la cual parecía incólume; sin embargo, sobre la teoría darwiniana; plagada de, lo que parecen ser,desaciertos, en varios casos verdaderos fraudes, así como múltiples lagunas; tal parece que no se puede disentir.
¿Por qué se puede dudar de Newton y no de Darwin?
A los niños se les enseña y a los adultos se les presenta la evolución como un hecho probado y demostrado desde hace tanto tiempo que no vale la pena o sería ridículo discutir, todavía, sobre ella.
Dr. Roberto Fondi, paleontólogo, profesor de la universidad de Siena, Italia.
El asunto de los fósiles en estratos rocosos: Muchos paleontólogos son del criterio que si la evolución hubiera tenido lugar, luego de dos siglos de búsqueda de fósiles, debía haber suficiente material de confirmación, cosa que no ocurre y es poco probable que cambie en lo sucesivo. El hecho probado es que no existen fósiles de los representantes transicionales ¡no solo de humanos! sino entre ¡ninguna! de las distintas especies vivientes del planeta, con sus posibles antecesoras.
Hasta finales del siglo XX se pensaba que los bancos de estratos de sedimentos que dieron lugar a las rocas sedimentarias (las cuales son casi el setenta y cinco por ciento de las rocas de la corteza del planeta) y que son visibles en las fallas montañosas, grandes acantilados, en cañones o profundos desfiladeros; correspondían a eras geológicas y que podían tardar millones de años en formarse, así como que los bancos de estratos inferiores eran más antiguos y los de la superficie más recientes; por tanto, se fechaban los fósiles descubiertos en función de la profundidad o nivel en que se hallaran.
Hoy, se sabe que no es así.
En una mina de carbón en Birmingham, EEUU; en Australia y otros lugares del mundo, se han hallado árboles fosilizados ¡de hasta doce metros de altura! cuya verticalidad atraviesa hasta cuatro y más capas de bancos de estratos, lo cual sería imposible si cada banco tardara millones de años en formarse; pues, mucho antes de terminarse de formar el primero, ya el resto del árbol se hubiera podrido.
Por otra parte, el dieciocho de mayo de 1980, a las 8:32 am, hizo erupción el volcán del Monte Santa Helena, en el estado de Washington. Se desplomó la cara norte del monte, la cual cayó en el lago Espíritu, creando un tsunami de doscientos cincuenta metros de altura y en cuestión de horas se depositaron escombros en un área de sesenta y dos kilómetros cuadrados, con una altura de casi más de ciento ochenta metros, luego la erupción produjo, en cuestión de horas, un cañón que, una vez seco, tiene más de treinta metros de profundidad y sesenta de ancho con la clásica división en bancos estratificados, algo que hubiera supuesto millones de años para su creación. Pero, hay más.
Durante los años finales de la década del cincuenta del siglo XX, el geólogo alemán, Johannes Walter, estudió los asentamientos de la bahía de Nápoles, en Italia, mediante muestreo de probetas realizadas in situ, llegando a la conclusión de que era error afirmar que los bancos inferiores fueran más viejos que los superiores.
Más tarde, entre los años 1970 y 1980, el buque Glomer Challenger realizó prospecciones en las rocas sedimentarias del lecho marino del Océano Pacífico, confirmando que todas las rocas sedimentarias del mundo se formaron de la misma forma, como prueba del descubrimiento de Johannes Walter.
Con posterioridad, se probó, en ensayo experimental de laboratorio, en Francia, y tuvo amplia difusión, siendo divulgado con amplitud y filmado el proceso dejando, sin lugar a dudas, los nuevos postulados. Esto hace pensar que, quizás, la edad de la Tierra no sea tanta como se le supone, ya que incluso los fechado mediante métodos con isótopos radioactivos, como el del carbono catorce u otros elementos, introducen tal cantidad de variantes que encaminan a error que no los hacen confiables: primero, porque el carbono catorce solo es medible en restos de seres vivos, no en fósiles convertidos en piedra, de forma similar ocurriría si se probara con isótopos de otros elementos, pues podría ocurrir contaminación, por exceso o defecto, de soluciones o disoluciones de sales del elemento de referencia, durante largos periodos de tiempo, en las muestras analizadas.
Por ejemplo: se analizó, por el método del potasio-argón, un fragmento de roca procedente de un volcán de Hawái cuya erupción fue a principios del siglo XVIII; la misma había estado bajo agua durante algún tiempo, esto debió producir disolución de sales de su contenido, el caso es que el análisis debió mostrar un fechado de unos doscientos años, sin embargo, debido a tal circunstancia, la edad arrojada fue de veintidós millones de años. Fragmentos de lava del volcán Walalei, formados en 1801, arrojaron edades que oscilaban entre ciento sesenta millones y los tres mil millones de años.
El asunto de la evolución visto desde la Biología Molecular y la Genética: Todos los grupos biológicos y formas vivientes desde las bacterias y algas hasta los vertebrados aparecen como de repente en el registro fósil rocoso sin vínculo que las una. Por otra parte, afirmar que si en el pasado existieron animales y plantas diferentes a las actuales es porque los de hoy derivan de aquellos que han desaparecido, es un error mientras no hayan pruebas; aquellos no dieron origen a los de hoy, solo desaparecieron sin dar lugar a otros nuevos. En la actualidad, asistimos a la desaparición o extinción de especies sin que signifique que aparezcan otras, solo desaparecen, nadie sostiene que los mamíferos se desarrollaron a partir de los dinosaurios.
Según el doctor Giuseppe Sermonti, biólogo molecular y especialista en genética,… nada puede permitir a un organismo primitivo transformarse en otro más complejo. Lo que aparece como un organismo simple es, de hecho, una realidad biológica muy complicada, incluso las bacterias poseen estructura genética y bioquímica que no puede provenir de formas simples. La complejidad existe desde el propio origen y este es el misterio. El estudio del núcleo de la célula muestra que el sistema responsable de la producción de las enzimas (sin las que la síntesis de proteínas no tendría lugar) es idéntico desde la bacteria hasta el humano, es un proceso que no ha tenido evolución, es perfecto desde el inicio.
Con esto, el proceso de la selección natural no se niega, solo que puede producir cambios e introducir variedades dentro de una especie, no crear otras, de ahí que sea posible manipular, mediante cruces, distintas características de los animales, produciendo ejemplares novedosos como los peces gold fish o los perros dobermann, sin que ello constituya una nueva especie.
El origen de la vida y la teoría de la generación espontánea. Esta es una antigua teoría biológica de explica el surgimiento de la vida, ya fuera animal o vegetal, de forma espontánea a partir de materia inorgánica, expuesta por Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.) por inferencia de la simple inspección de la realidad cotidiana, ya que surgían gusanos del fango, moscas de la carne podrida, así como insectos y ratas de los desechos húmedos y oscuros.
No fue hasta el año 1668 que el médico italiano, Francesco Redi, realizó el siguiente experimento: colocó cuatro vasos en los que puso, respectivamente, un trocito de serpiente, pescado, anguila y de carne de res. Preparó luego otros cuatro recipientes con las mismas sustancias y los dejó abiertos, mientras que los primeros seguían cerrados con hermeticidad. Algunas moscas, atraídas por los alimentos de los frascos abiertos, entraron a comer y poner huevos; luego, en esta serie de vasos aparecieron larvas. No ocurrió, sin embargo, ni después de meses, en los vasos cerrados. Por lo que Redi concluyó que, los gusanos, se originaban de las moscas, no por generación espontánea.
Algunos objetaron que, cerrados los depósitos, había faltado circulación del aire y eso impedía la generación espontánea. Redi realizó un segundo experimento: esta vez los vasos del experimento solo se taparon recubriéndolos con gasa, por tanto, el aire circulaba dentro. El resultado fue idéntico al del anterior, pues la gasa impedía el acceso de insectos y la deposición de gérmenes, en consecuencia no se daba el nacimiento de las larvas en las carnes, en el interior de los recipientes sino, por fuera, en la gasa. Con esto, Redi, demostró que los gusanos de la carne putrefacta se desarrollaban de larvas que viajaban en las patas de las moscas y no por transformación de la carne. Pero no fue suficiente.
En la primera mitad del siglo XVIII, el sacerdote católico inglés, John Turberville Needham, intentó revivir la generación espontánea con el siguiente experimento: calentó y selló caldo de carne en varios recipientes y dado que se encontraron microorganismos en el guisado tras abrirlos tiempos después, Needham, creyó que esto demostraba que la vida surge de la materia no viviente. Tuvo que venir, en el año 1769, Lazzaro Pudding Spallanzani, profesor de física y matemáticas en la universidad de Reggio y, también, sacerdote católico; para rechazar la teoría de la generación espontánea, prolongando el periodo de calentamiento de los caldos y sellando con más cuidado los recipientes, con lo cual pudo demostrar que tales sopas no generaban, de por si, microorganismos.
Pero, tampoco, fue suficiente.
Segunda mitad del siglo XIX, Louis Pasteur, realiza una serie de experimentos a fin de probar que, también, las bacterias se originan a partir de otras y no por generación espontánea. Realizó de forma independiente el mismo experimento que Redi y Spallanzani. Utilizó dos frascos de cuello de cisne, similares a un matraz de destilación con boca larga y encorvada, que se van haciendo cada vez más finos, terminando en una apertura pequeña y tienen forma de "S". En cada uno de ellos metió cantidades iguales de caldo de carne y los hizo hervir para poder eliminar los posibles microbios presentes en el caldo. La forma de "S" era para que el aire pudiera entrar y que los gérmenes se quedasen en la parte más baja del tubo.
Pasado un tiempo observó que ninguno de los caldos presentaba señal de la presencia de microorganismos y cortó el tubo de uno de los matraces. El cortado, tardó poco en descomponerse, mientras que el otro permaneció en su estado inicial; demostrando que los microorganismos, tampoco, provenían de la materia inanimada.
Con Pasteur, la idea de la generación espontánea fue desterrada del pensamiento científico. Desde entonces se aceptó, de forma general, el principio que establece como una ley general de la Biología, que todo ser vivo procede de otro ser vivo, que solo la vida puede generar la vida. ¡Pero, tampoco, fue suficiente!
Es probable que la necesidad de probar que toda la vida en el planeta surge de una célula primigenia, algo que propuso la teoría darwiniana, haya llevado a Alexander Oparin, a formular la suya, en 1924, sobre el origen de la vida de forma abiótica o sea por generación espontánea. Siguiendo esta hipótesis, que no voy a explicar ya que se infiere de lo que sigue, los científicos, Stanley Miller y Harold Urey, ya mencionados con anterioridad, dicen haber probado, y otros investigadores así lo consideran, la presunción de Oparin; pues anunciaron haber sintetizado aminoácidos en un laboratorio, una sustancia elemental para la producción de la vida.
El experimento presenta tres problemas: el primero, parte de materiales equivocados; segundo; se desarrolló en condiciones manipuladas y tercero, obtiene resultados incorrectos. Pero veamos los detalles.
Materiales equivocados: parte de considerar gases como el amonio y el metano los cuales no aparecen en cantidades abundantes en la atmósfera terrestre, ni nunca parece que lo hayan sido. El metano hubiera sido descompuesto por la luz ultravioleta componente de la luz solar y el amonio se hubiera disuelto en el barro de sedimentario. Miller, no consideró el oxígeno porque destruiría las mismas moléculas que estaba tratando de formar, no obstante, la Geología tiene suficientes argumentos para considerar que el oxígeno siempre fue abundante en nuestra atmósfera, pues, tan profundo como se cave siempre se hallan rocas oxidadas como prueba.
Condiciones manipuladas: Miller usó un chispazo eléctrico, simulando rayos, para combinar las moléculas gaseosas, pero la misma chispa que las uniría destruiría, también, al aminoácido que intentaba sintetizar; y es mucho más eficiente destruyéndolo que formándolo. Es decir: el problema sería que los aminoácidos, en el matraz, serían arruinados por la misma chispa que los formaría; Miller sabía eso y por ello hizo circular los gases por un conducto para atrapar a las moléculas que deseaba usando un truco tecnológico de Química, pero tal es una habilidad, como hacer trampas.
Resultados incorrectos: obtuvo brea, lo cual es un estorbo para las reacciones orgánicas; así como trazas de aminoácidos que sirven para formar proteínas en organismos vivos pero produjo tantos aminoácidos izquierdos como derechos (levógiros y dextrógiros) y se sabe que sólo los izquierdos forman las proteínas de la vida y una sola derecha impide su producción. De modo que, el resultado, fue una poción venenosa para la vida.
Con esto tenemos que desde el punto de vista de la Biología Molecular el experimento Urey-Miller fue un éxito, pero solo un triunfo que no sirve para confirmar el origen de la vida y con ello, tampoco, la hipótesis de Darwin.
Pero aquí no queda el asunto.
Ante tal situación cada vez más se hacía necesario probar de alguna manera que la generación de la vida a partir de materia inanimada era posible y eso fue lo que dio lugar a la serie de programas de sondas espaciales en búsqueda de un sitio fuera de la Tierra capaz de haber podido albergar condiciones similares a las de nuestro planeta. Dada la cercanía y teniendo en cuenta los inconvenientes de su proximidad al sol, probabilidad de haber tenido agua líquida, etcétera, Marte terminó siendo el candidato elegido.
El caso fue que el veinte de agosto de 1975, partió hacia el planeta rojo la nave Vikingo I; a bordo, un laboratorio robotizado cuya misión era demostrar que la vida podría haberse desarrollado a partir de materia inanimada; creyendo que podrían encontrar fósiles o huellas de seres vivos pero, una vez más, la respuesta fue NO: el suelo de Marte, es: estéril. Al mes siguiente, el nueve de septiembre, partió la nave Vikingo II, para terminar de corroborar lo mismo. La investigación continúa porque aún no es suficiente para ninguna de las partes y esto es parte de lo que hace del desarrollo científico.
La complejidad irreductible. Pues bien, de acuerdo al estado de la Biología en tiempos de Darwin, quizás, él, no pudo encontrar casos de órganos cuya complejidad no pudiera haber sido formada mediante modificaciones pequeñas, numerosas y sucesivas, según la selección natural; pero el desarrollo actual ha podido descubrir dentro de las células lo que se conoce como máquinas moleculares, que no son otra cosa que dispositivos cuya complejidad no puede simplificarse, tanto por lo complicado de su función como por lo dificultoso del montaje de las piezas de que consta, ya que sería imposible su función con otra disposición de sus complementos. De modo que ya el mecanismo es perfecto desde su aparición.
Una de tales máquinas moleculares es, por ejemplo, el flagelo bacteriano, recurso biológico de locomoción de las bacterias; tal, ampliado cincuenta mil veces resulta una maravilla de la ingeniería mecánica pues funciona como un motor fuera de borda, gira a cien mil revoluciones por minuto pudiendo detenerse en seco en un cuarto de vuelta y, de inmediato, marchar atrás, arriba o abajo; lubricación por agua, eliminación de fricción por rodamiento, tiene un estator, un rotor, juntas, articulación en U y propulsión por hélice, motor de energía fotónica y mecanismo que recibe señales del medio externo; Otra máquina molecular son los reguladores adentro-afuera mediante los cuales el núcleo intercambia información con el protoplasma de la célula para el mantenimiento de la vida; los ribosomas que se encargan de producir las proteínas; las mitocondrias son plantas de energía donde se produce el combustible (glucosa) que se consume en la célula, los cuerpos Golgi transportan proteínas a la membrana exterior como si fueran camiones que se desplazan por el retículo endo-plasmático o sistema de vía de transportación; los lisosomas son digestores donde se descomponen y reciclan moléculas grandes convirtiéndolas en partículas que las célula puede procesar… No son necesarias más de dos neuronas funcionales para comprender que la selección natural opera y es eficiente en un orden más superficial, es decir produciendo variedad dentro de una especie, no creando otras nuevas. El caso, por ejemplo de los híbridos como los mulos, producto del cruce entre burro y yegua, resulta un individuo incapacitado por la naturaleza para auto-replicarse pues, el mulo es estéril en totalidad y la mula muy raramente concibe y si así fuera sus crías, si llegan a vivir, nacen débiles y/o enfermizas, se cree que envejecen rápido.
“Si se pudiese demostrar que existió un órgano complejo que no pudo haber sido formado por modificaciones pequeñas, numerosas y sucesivas, mi teoría se destruiría por completo; pero no puedo encontrar ningún caso de esta clase.”
Charles Darwin, El origen de las especies…Tomo II, Capítulo VI, Dificultades de la teoría. pág. 119 versión digital.
Por otra parte, y para concluir, tenemos el asunto mismo del ADN. Para que se produzca son necesarias unas setenta y cinco proteínas, pero tenemos que para ordenar tales proteínas en la estructura del ADN primero se necesita un manual de instrucciones y segundo un mecanismo que dirija ese montaje y tal no es otra cosa que el mismo ADN que se quiere producir, con lo que se llega a un callejón sin salida.
Conclusiones. Este comentario es breve para la complejidad del asunto que intenta recrear, tampoco, es definitivo en cuanto a exposición de datos pues, todavía, la comunidad científica se encuentra dividida en vertientes y criterios a favor o en contra de esta o aquella hipótesis, hay fuertes críticas de parte y parte, y aunque esta exposición pueda parecer, de alguna manera, parcializada hacia la línea creacionista del designio inteligente no sería más que una proclividad propia de la naturaleza del expositor quien, por demás, considera que, de la misma manera, los investigadores que aportan datos desde esta misma frecuencia no han podido, todavía, argumentar con rotundez total la posesión de la verdad.
La generación de valor en todos los elementos del producto-servicio (esencial, ampliado y plus) es un esfuerzo que iniciaron las marcas globales, sin embargo, viene aplicándose cada vez más en diversas empresas, de distintos tamaños y de distintos países del mundo. Y es que ya no es suficiente tener un buen producto como tal (un bien tangible o intangible), sino además hay que diseñar las
estrategias adecuadas para lograr “distinguirnos” de la competencia.
Un error que cometen algunas empresas es indicar que su ventaja competitiva será la calidad de su producto o la calidad de servicio al cliente. Estos dos ejemplos son parte de algo más grande, de una VISION, es decir, cómo nos vemos en el futuro..hoy.
Una ventaja competitiva distintiva, es aquella que nos permite que seamos percibidos por el cliente/consumidor como una empresa que no solo satisface su necesidad sino que le da algo más por su preferencia. No es copiable o resulta muy difícil hacerlo, costoso y requiere de tiempo y recursos que haciendo un análisis de atractivo-mercado y perfil competitivo, pueda desmotivar a los competidores. Construir una marca poderosa es una ventaja competitiva distintiva que el Gerente de Marketing Internacional debe desarrollar.
Acker, David (2000), propone que para construir una marca poderosa, se debe desarrollar una identidad de marca, evitando caer en las trampas de la marca: a) de la imagen de la marca; b) del posicionamiento de la marca; c) de la perspectiva externa; y d) de la fijación Producto-atributo. Por el contrario, la Gerencia de Marketing Internacional deberá diseñar un Sistema de Identidad de Marca que no sólo vea a la marca como Producto, sino además, como Organización, Persona y Símbolo.
Para aterrizar estos conceptos en la vida real tomaré a la empresa a The Coca Cola Company como ejemplo:
Con 92,800 empleados alrededor del mundo, han sido elegidos por la empresa Universum, entre las Top 10 World´s Most Attractive Employer (Fuente: Página Web de Universum). Con presencia a nivel global (más de 200 países), resulta complejo entender cómo por más de 124 años, la marca “Coca Cola” no ha perdido su fuerza o ventaja competitiva. Y es que ya desde 1887 se empleaba el marketing para dar “algo más” al consumidor, en ese año se empezó dando cuponeras para canjearlas por una botella más de Coca Cola. En 1896 se apreciaba el uso del merchandising con sus relojes de pared, y así sucesivamente con el tiempo fue ocurriendo tres cosas fundamentales que permiten a The Coca Cola Company estar en el lugar que está:
a) La empresa cambia constantemente (innova) siempre un paso más delante de lo que espera el consumidor.
b) La marca Coca Cola, se ha manejado como una Identidad de Marca y no sólo como producto.
c) The Coca Cola Company, ha desarrollado miles de productos complementarios y sustitutos a “Coca Cola”, generándose una autodisciplina hacia la creatividad y eficiencia.
La identidad de marca de Coca Cola sería la siguiente:
Producto esencial: bebida gasificada.
Producto ampliado: Coca Cola, Coca Cola Zero, Coca Cola Light
Producto plus: Programa “Water”, que busca retornar a la comunidad el equivalente del agua que utiliza
la empresa para la fabricación de sus gaseosas, dentro de ellas “Coca Cola”. Programa “Climate” busca reducir la emisión de dióxido de carbono de sus fábricas y fomentar el cuidado del medio ambiente, fomentando la ecología.
Son más grandes que unas gafas comunes y corrientes y algo incómodas. La visión, sin embargo, es nítida, y su forma alargada les da un aspecto parecido a los lentes de esquiar. Podrían pasar por un modelo excéntrico cualquiera si no fuera por una pequeña cajita, enganchada en una de las patillas, que delata su peculiar función: grabar todo lo que se mire a través de sus cristales y a la vez registrar el movimiento de las pupilas. ¿Para qué? “Para investigar al consumidor”, dice Ángeles Zabaleta, shopper leader en la compañía de investigación de mercado Nielsen.
Esta herramienta se conoce como eye-tracking (rastreo del ojo, en castellano) y se apoya en un sistema de doble cámara que indica en tiempo real dónde se está mirando y durante cuánto tiempo. En la sede de Nielsen, en una habitación equipada con un lineal ficticio repleto de bebidas de diferentes marcas como si de un supermercado se tratara, Zabaleta explica que los aparatos de rastreo ocular miden la reacción visual del consumidor ante un determinado estímulo, que puede ser un anuncio publicitario, una marca o un producto, entre otros.
En el interior de una tienda, esta técnica sirve “para llevar a cabo dos grandes tipos de estudio: los explorativos, dirigidos a entender el proceso de compra en general… y aquellos enfocados a casos específicos, por ejemplo averiguar cómo funciona una promoción o el lanzamiento de un nuevo artículo”, detalla la experta de Nielsen. “Hay que considerar que en un hipermercado se pueden encontrar 19.000 productos; de cada categoría solo se ve el 40% y siete de cada diez no alcanzan el primer año de vida”, añade. Los datos almacenados proporcionan varias imágenes, desde mapas de calor —formados por zonas calientes, aquellas donde más se fija el ojo, y frías, aquellas que menos capturan la atención— y opacidad —en las que solo aparecen los puntos que han capturado la atención del observador—, hasta dibujar el recorrido de la mirada, una línea formada tras unir los puntos, ordenados de manera cronológica, que el potencial comprador ha estado observando.
¿Mirar durante más o menos tiempo un producto o anuncio garantiza que el consumidor se gaste su dinero en ello? En absoluto. “Se trata de un instrumento que permite estudiar ciertos aspectos, pero no te va a decir si acabarás comprando”, asegura Pedro Bermejo, neurólogo y presidente de la Asociación Española de Neuroeconomía. Lo que sí puede logar es modificar una campaña publicitaria, un lineal o un envase, sobre todo cuando se aplica —lo que es habitual— conjuntamente con otras técnicas de neuromarketing, esa rama que une neurociencia y marketing para estudiar las reacciones neuronales y sensoriales de los individuos ante determinados estímulos.
‘Neuromarketing’: de la medicina al mercado
¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! ¿A qué ritmo late el corazón? No solo la mirada, también la medición de la frecuencia cardíaca, las contracciones musculares o la sudoración se han convertido en variables preciadas para investigar el comportamiento del consumidor. El avance de la tecnología ha puesto a disposición de las empresas varias herramientas, en su mayoría tomadas en préstamo de la medicina, para investigar el comportamiento del consumidor desde dentro.
El eye-tracking, los electroencefalogramas, las resonancias magnéticas funcionales, los electrocardiogramas, los electromiogramas o los análisis faciales, entre otros instrumentos, no sustituyen sin embargo las técnicas tradicionales. Más bien las complementan. “La investigación tradicional, los focus group, siguen siendo importantes, pero hay que investigar también la parte inconsciente del consumidor”, explica Zabaleta. “Es necesario porque no siempre hacemos lo que decimos que vamos a hacer”, contextualiza Francisco Bernabé, responsable de media analytics en Nielsen. De hecho, se estima que alrededor del 90% de las decisiones se toman de manera inconsciente, llevados por las emociones; por ello, los clásicos métodos de análisis basados en cuestionarios y charlas dejaron de representar una fuente de verdad absoluta. “La comprensión de las métricas del subconsciente —lo que los consumidores no pueden o no quieren decir— es fundamental para entender lo que ven, dicen y compran”, añade Bernabé.
El interés por ir más allá de las opiniones expresadas por los consumidores con palabras no es una preocupación de hoy. Ya en los 90, Gerald Zaltman, profesor de la Universidad de Harvard, patentó una técnica de investigación de mercado basada en hacer aflorar las que llamó “metáforas profundas”, construcciones mentales inconscientes que, según su análisis, guían las acciones de los individuos. Hoy en día, las nuevas tecnología están facilitando el estudio de los impulsos subconscientes a la hora de comprar, aunque sigue el escollo principal: traducir los datos en información útil y comprensible.
“Son técnicas que sirven a las marcas para saber si su estrategia puede funcionar o no, pero existen otros factores como el contexto o el precio y que influyen en la decisión”, asegura María López, consejera delegada y confundadora de BitBrain. Su empresa, spin-off de la Universidad de Zaragozay especializada en neurociencia y en neurotecnología, nació para ocuparse de salud y bienestar, pero su éxito pronto llegó al oído de las grandes agencias de marketing y amplió su campo de acción. A día de hoy, la compañía tiene su propia tecnología de neuromarketing, que comercializa bajo la marca Usenns. Además de las gafas de rastreo ocular, BitBrain fabrica un anillo que mide la sudoración de la piel y los latidos del corazón y una diadema que detecta las señales cerebrales. “La diadema da más información, mide la atención, la memoria y el engagenemt, es decir algo que llama la atención y resulta interesante; el anillo mide la activación emocional y el eye-tracking la tensión visual”, detalla López. “Lo ideal es combinar todas las técnicas a la vez”
López explica que tienen varias aplicaciones en función del estudio que se quiere hacer, por ejemplo antes y después de un cambio en un local, con la publicidad y hasta en catas de productos. “Lo que complica la neurociencia es que tienes que calibrar, saber cómo es tu cerebro porque cada uno es diferente; antes de realizar un estudio se ponen imágenes muy positivas y negativas, unas que activan mucho y otras que activan poco…”, comenta. “Creo que estas técnicas se convertirán en algo normal en marketing, pero con ellas solo podemos obtener información: es imposible saber cómo hacer para que la gente compre”.
In October of 1955, a marketing researcher at Ford named Robert Young wrote the poet Marianne Moore a curious letter. Ford had designed a new car, which it hoped would revolutionize the industry, and it was struggling to find a good name. Young said that the options his division had come up with were “characterized by an embarrassing pedestrianism.” Perhaps a poet could devise something to convey, “through association or other conjuration, some visceral feeling of elegance, fleetness, advanced features and design.” In the following months, Moore sent Ford a long list of suggestions that were anything but pedestrian: Intelligent Bullet, Ford Fabergé, Mongoose Civique, Bullet Cloisoné, Utopian Turtletop. Ford, unsurprisingly, didn’t go for any of them. Instead, after considering more than six thousand names, it settled on one that has since become a byword for failure: Edsel.
Still, in going to such lengths to find a great name, Ford was ahead of the curve. Corporate branding is now big business, and companies routinely spend tens of millions of dollars rebranding themselves or coming up with names for new products. And good monikers are still defined by Young’s precept that a name should somehow evoke the fundamental qualities that you hope to advertise. If only Tribune Publishing—the media company that owns the Los Angeles Timesand the Chicago Tribune—had followed this simple rule. Earlier this year, Tribune announced that it was reinventing itself as a “content curation and monetization company focused on creating and distributing premium, verified content” (whatever that means) and giving itself a new name: Tronc. The name, which stands for Tribune Online Content, was ridiculed at the time and hasn’t done the company any favors since. Tronc has spent most of the year in talks about being bought by Gannett for more than half a billion dollars. Last week, the deal fell through, because of a lack of financing. After all, just imagine asking bankers for half a billion to buy something called Tronc.
There are various ways a corporate name can seem apposite. In the case of existing words, connotations are crucial: a Corvette is a light, speedy attack ship; Tesla was an inventor of genius. Made-up names often rely instead on resonances with other words: Lexus evokes luxurious; Viagra conjures virility and vitality. Bad names bring the wrong associations to consumers’ minds. In the nineteen-eighties, United Airlines tried to turn itself into a diversified travel company called Allegis. The move was a fiasco. No less an authority than Donald Trump (whose faith in brand-name power is total) said that the name sounded “like the next world-class disease.”
The phonemes in a name can themselves convey meaning. This idea goes back to Plato’s dialogue Cratylus. A philosopher called Hermogenes argues that the relationship between a word and its meaning is purely arbitrary; Cratylus, another philosopher, disagrees; and Socrates eventually concludes that there is sometimes a connection between meaning and sound. Linguistics has mostly taken Hermogenes’ side, but, in the past eighty years, a field of research called phonetic symbolism has shown that Cratylus was on to something. In one experiment, people were shown a picture of a curvy object and one of a spiky object. Ninety-five per cent of those who were asked which of two made-up words—“bouba” or “kiki”—best corresponded to each picture said that “bouba” fit the curvy object and “kiki” the spiky one. Other work has shown that so-called front-vowel sounds, like the “i” in “mil,” evoke smallness and lightness, while back-vowel sounds, as in “mal,” evoke heaviness and bigness. Stop consonants—which include “k” and “b”—seem heavier than fricatives, like “s” and “z.” So George Eastman displayed amazing intuition when, in 1888, he devised the name Kodak, on the ground that “k” was “a strong, incisive sort of letter.”
Remarkably, some of these phonemic associations seem to be consistent across many languages. That’s good news for multinationals: research shows that if customers feel your name is a good fit they’ll remember it better and even like it more. One study found that dark beers were rated more highly if their brand name contained a back vowel. Another one showed that people who ate ice cream called Frosh (big, creamy vowel sound) liked it better than people who ate the same ice cream under the name Frish (icy, watery). On that basis, Häagen-Dazs is a stroke of genius—a double back vowel emphasized by a nonsensical umlaut.
Over time, corporate naming has developed certain conventions: alliteration and vowel repetition are good. “X” and “z” are held to be memorable and redolent of speed and fluidity. The letter “x” occurs sixteen times as often in drug names as in other English words; “z” occurs eighteen times as often. Perhaps Tronc thought it was being boldly unconventional, but ignoring rules that may originate in human instinct is foolish. Tronc wants to seem light, fast, forward-looking, and unburdened by the media industry’s past, but its back-vowel sound and its leaden “k” ending sonically convey something heavy, slow, and dull. Tronc might work as a name for a maker of heavy machinery or a real-estate company—it’s freakishly close to Trump. But as a name for a digital company Tronc is a mismatch in the Edsel league. Tribune would have been better off going with Intelligent Bullet. ♦
Los invito a ingresar al enlace para leer el artículo publicado en el Boletín Centrum Alumni : http://paper.vis.com.pe/centrum/BoletinAlumni05/#page=17
Nunca fuimos más libres que cuando la ocupación nazi.
La República del silencio. Jean Paul Sartre.
LA LIBERTAD I
Por Eduardo N. Cordoví Hernández
Mucho se ha hablado y escrito acerca de la libertad, también mucha gente ha muerto por alcanzarla, por defenderla. Demasiada, si se tiene en cuenta que siempre la disfrutamos y que nunca estuvo en peligro como se dice. No digo que murieran por gusto ni tampoco que si sus vidas se apagaron creyendo morir por ella diga yo que no; pero si vamos a morir por algo, que sea cierto. Vivimos sumergidos en un mar de conceptos erróneos, de criterios desacertados, de falacias, equivocaciones y paquetes incompletos de informaciones trastocadas e inconclusas, cuando no falsas. Así, no estamos en contacto con la realidad. Sin contacto con ella, se vive alienado. Un alienado está confundido, pues existe en un mundo imaginario, ficticio e irreal. Esto es difícil de comprender y requiere argumentaciones. Suena raro que venga alguien a decir que siempre hemos sido libres. Octavio Paz dijo: La libertad no es una idea política, ni un pensamiento filosófico, ni un movimiento social. La libertad es el instante mágico que media en la decisión de elegir entre dos monosílabos: sí y no. Si libertad es capacidad de decidir, de elegir, es algo que el ser humano realizó siempre y queda privado de ello solo como excepción. La causa de las guerras no ha sido por la pérdida o disminución de la libertad, sino para aumentar las opciones al elegir. Conseguirlo al precio de la vida, también me parece exagerado. Un esclavo encadenado no fue libre de decidir irse a otro sitio, eso está claro. Los cautivos jamás fueron rentables en cadenas; se inmovilizaban de noche para evitar las fugas, durante su transportación o en ciertos trabajos, como los remeros en galeras. Pero, considerando este rigor, podía elegir ser o no esclavo. Si trabajaba, lo era, pero, ¡podía negarse! De hacerlo, recibiría castigo… ¡Por supuesto! La mayoría elegía trabajar para evitarse incomodidades, léase: aceptaba la esclavitud. Pero elegir sí podía. Y aquí está el quid del tema: el asunto de la libertad es personal. Uno saca cuentas y acepta o anula decisiones en función de lo que considera que para sí es mejor, más conveniente, menos malo o lo que sea; pero se decide siempre por aquello a lo que se le confiere mayor valor. Puedo estar equivocado, pero si usted decidió seguir esclavo para evitarse una tunda, no diga que no ha sido libre de elegir, porque no es verdad. El asunto es que serlo tenía un precio que no quiso pagar. Y me parece bien, no lo juzgo. Yo haría igual; pues que le den palos a uno no es una experiencia agradable, sobre todo si se puede evitar. El hecho establecido por tradición y/o por decreto de que no fuimos libres alguna vez, no es porque fuera cierto sino porque la mayoría escogió ser esclavos y ahora como que nos da vergüenza. Una observación de la historia nos demuestra que tampoco ha sido así eso de que nos hemos ido a las guerras por la libertad, como si se tratara de un impulso espontáneo, generalizado, visceral o inspirado. ¡Que no! Más bien hemos sido conducidos, nos han convocado y hemos accedido. Nos han convencido de ir o hemos convenido por creerlo justo, apropiado y conveniente. Creo que ya va siendo hora de que nos enfrentemos a muchas ideas de frente y, sin reducirles valor, las bajemos del ara, que más bien, tal altura las injuria. Quizás usted no esté de acuerdo conmigo, pero de todos modos lo convoco a leer nuevas argumentaciones sobre el tema.
LA LIBERTAD II
Nunca fuimos tan libres como bajo la ocupación nazi. La república del silencio, Jean-Paul Sartre. Justicia proviene de exactitud en el peso, deriva de equilibrio. La Justicia es representada con una balanza. Si una de las partes consideradas fuera excluida, rechazada, objetada, no habría justicia. Siempre que enjuicias, tomas en consideración excluir, discriminar, negar, mas el recto juicio es contentivo de las partes. Si valoras dos o más objetos de atención y haces dejación de alguno; niegas, dices a algo: “¡NO!” Tal es una dicotomía, una disyuntiva, un dilema: fuente de dolor porque es aberrado, antinatural e injusto. Digo que siempre elegimos ¡todo! con este criterio excluyente, enrumbado al error y con este argumento, quiero hacer notar que el asunto de la libertad ha sido vía para que unos cuantos se enriquezcan a expensas del sentimentalismo de la mayoría que formamos los pueblos. Un sondeo de la historia sirve para darnos cuenta de la manipulación y de la estafa, de la maniobra y de la mentira. ¿Con buena fe…? ¡Sí! Porque esos que salieron ganando quizás se lo propusieron ¡Pero no fueron todos! No se aparecieron unos cuantos vivos a manipular a medio mundo ¡No! Siempre hay, pero la mayoría se vuelven vivos más tarde, después que comienzan a disfrutar del poder y sus prerrogativas. Me parece anacrónico que a esta altura de la Historia los líderes de las naciones persistan en movilizar a sus pueblos hacia guerras que sirven para afianzar sus puntos de vista, empleando llamadas hacia el color del cielo, de la vegetación o de símbolos del fetichismo patriótico. Lo cierto es que bajo esa apariencia solemne, subyacen todas las cualidades del mal, todo lo tenebroso y macabro del costo de dolor y muerte con que vamos a pagar la opulencia de futuras descendencias (que no nos serán consanguíneas) pero sobre todo la miseria y la angustia de vivir ¡de otras! mucho más concurridas y cercanas. ¡Todo! en función de una libertad que no nos falta, que nunca nos ha faltado y que nadie nos podrá quitar nunca. Esa libertad real y verdadera tiene un ejercicio y una experiencia de conquista que ocurre dentro de cada uno. No fuera. Creo que quizás quede quien diga: Sí, eso está muy bonito, pero no me niegue que no parece inteligente dejarse matar para demostrar que uno es libre. Y es verdad. Si llega la Gestapo y le restringe sus derechos de usted porque es pelirrojo y usted acepta antes de recibir una tunda, me parece inteligente, no creo que sea cobardía… y aprecio su habilidad para salvar el pellejo y hasta me alegro por usted. Pero si su vecino, también pelirrojo, prefiere que lo maten antes de aceptar vivir con menos derechos que los rubios, me parece que hace uso de la libertad, de una forma tan genuina como la suya de usted. Lo que no acepto es que usted venga a decirme que no es libre. Usted hizo uso de su libertad para ir hacia un punto y su vecino hacia otro, pero no ha habido detrimento de la libertad. Usted elige y decide. Nadie puede quitarle eso, y es lo que quiero dejar claro. Como quiero dejar claro que siempre que no afecten a otros, las decisiones que tomemos son tan dignas de respeto como las ajenas. Cuando los ciudadanos aprendamos esto, habrá menos guerras porque habrá menos críticas y más comprensión y, por tanto, más aceptación del proceder ajeno. El problema es que, aunque seamos inteligentes, no todos comprenderemos eso. Y, si estamos claros de que no todos lo comprenderán, sería tonto pretender proponernos salvar al mundo: sería un desperdicio de energías. Pero eso es un tema aparte.
LA LIBERTAD III
Cuando comencé a escribir esta serie de articulitos, debí comenzar por éste. Para comentar sobre cualquier tema es necesario, para su comprensión, dejar claro a qué nos referimos; definir y precisar los conceptos, con todo y que las definiciones no sean más que recursos teóricos que existen, sólo, en la metodología pedagógica ¡Y no en la vida! donde todo está, de continuo, interconectado. Con respecto a los criterios que tenemos sobre la libertad, muchos son infundados, debido a eso llegamos a conclusiones erróneas; muchos de tales criterios son inconsistentes porque a su vez son conclusiones que se basaron en verdades supuestas. Pero ¿qué es la libertad? La mayoría piensa que es poder hacer todo lo que uno quiera, siempre que no dañe a los demás; éste, es uno de tales criterios desacertados. Aunque fuera sin daño para otros, nunca podríamos hacer todo lo que queramos porque no somos omnipotentes. Aunque te tiñas, tu pelo seguirá creciendo con su color natural; tampoco podrás hacer que un tres de copas le gane a un as. Igual afirmo que la libertad debe incluir el derecho a elegir ¡Incluso! el daño ajeno porque ¡no elegirlo! tiene mérito. Si no hago daño a los demás porque se me prohíbe ¿dónde está el mérito? El valor está en preferir no hacerlo. Otra definición, que se toma por irónica, dice que es: poder hacer todo lo que está permitido. Estoy más de acuerdo con ésta última, aunque haciéndole cambios. Porque el asunto no es que pueda hacer todo lo permitido sino todo lo posible, dentro de lo razonable, de hacerse. De aquí se puede establecer una definición bajo tres condiciones, ya que siempre va a haber acciones imposibles de realizar. Libertad es la capacidad de elegir dentro de lo que es factible; o sea, dentro de posibilidades reales. Esta definición tiene tres condiciones. Primera: La elección debe ser posible en los hechos. ¿Es posible hacer esto? No pregunto si está mal, si el costo será carísimo o si a los demás les gusta. No se trata de qué pasaría si todos eligieran lo mismo o si las consecuencias serían impredecibles. Pregunto: ¿Se puede hacer? Segunda: Las opciones deben ser dos o más. Siempre que pueda decir sí o no, soy libre. Tercera: La responsabilidad, de asumir el costo de tal elección. Soy responsable por lo que elijo, porque, con justicia, podría haber elegido otra cosa. No puedo dejar de ser libre; por tanto, tampoco dejo de ser responsable de lo que elijo. La libertad a veces pesa. Si soy responsable, puedo llegar a sentirme mal por lo elegido y hasta puede pesarme responder por mi elección. Resulta interesante, porque la libertad se considera algo agradable y placentero; sin embargo, ahora sentimos que si pudiéramos quitarnos de encima la posibilidad de elegir, dejar que otro se hiciera cargo, nos sentiríamos aliviados. Quiero dejar claro con estos articulitos que es nuestro derecho y privilegio limitarnos. No es el estado quien me limita, no hay nada real que me impida elegir; somos quienes estamos haciendo elecciones una vez tras otra. Y es nuestra incapacidad o indecisión para elegir lo que nos hace no sentirnos libres. El miedo a elegir lo correcto nos hace transferirle la responsabilidad a quien nos pone en ocasión de elegir. Decimos que no somos libres porque el estado nos advierte a priori acerca del costo de nuestras elecciones o nos castiga a posteriori una vez que elegimos, pero aquél solo puede legislar sobre ellas, acaso limitarlas, pero nunca impedirlas.
RESEÑA CONSPIRACIÓN EN LA HABANA, es una novela donde se mezclan surrealismo, realismo sucio, humorismo, las novelas policiaca, gótica y fantástica, la investigación y el ensayo. Aunque la trama ocurre en Cuba, principalmente a partir de la década del cincuenta del pasado siglo XX y hasta hoy, muchos de sus cuarenta capítulos transcurren en Hawái, Miami, Madrid, Moscú, París, Berlín, Ciudad Vaticano, así como en otras ciudades europeas, en épocas pasadas; para descubrir trazas, conexiones y relaciones con temas que pertenecen al ocultismo, la teosofía o el esoterismo, con la realidad político-social y socio-económica de la Cuba posterior a 1959. Entérese de sectas satánicas reales, de complots, intrigas y confabulaciones internacionales por el poder y el dinero; y descubra, usted mismo, entre líneas, el destino de la fabulosa herencia de los Manso de Contreras, el verdadero objetivo de la visita de Juan Pablo II a la Habana… pero sobre todo: Descubra la realidad, ésa que no aprecia porque se encuentra tras el velo de su propia imaginación.
Así comienza, Conspiración en La Habana...
…debemos aceptar a la naturaleza tal como es: absurda.
Richard Feynman, (1918-1988). Premio Nobel de Física en 1965.
En la escala de lo cósmico,
(Toda la física moderna nos lo enseña),
solo lo fantástico tiene probabilidades de ser verdadero.
Pierre Teilhard de Chardin, (1881-1955). Sacerdote jesuita, paleontólogo y filósofo francés.
CAPÍTULO I
Ciudad de La Habana, 1989
Nunca seremos capaces, los seres ordinarios, de vislumbrar cómo los hechos, al parecer intrascendentes y accidentales, pueden encadenarse en una serie de eventos terribles.
Un conocido, ni siquiera un amigo, invitó a, Rodelio Fandel, para participar de una reunión tenebrosa. Había oído decir que era un estudioso, un investigador o algo por el estilo.
Fandel, nunca había tenido una experiencia similar. Motivado porque, según su vecino, se trataba de algo excepcional, solo extranjeros e intelectuales tenían acceso, se decidió a acompañarlo. Así supo de la existencia de Encarnación, La China.
La amistad de este vecino con Mairelys; una joven santiaguera quien se iniciaba en La Habana, por cuenta propia, en la especialidad de acompañante de turistas españoles; fue la vía para acceder a la hermética sesión.
El peninsular, compañía oportuna de la muchacha, era un vizcaíno cincuentón, interesado en conocer detalles, de primera mano, sobre la vida de Martí.
No se trataba de viajar en el tiempo, a lo Wells, por medio de un estrambótico artefacto, sino de una experiencia de lo real maravilloso. El recurso para tal acercamiento fue a través de una médium: Encarnación; conocida en Luyanó, desde siempre, solo como La China. Luego de su inicio en la metempsicosis, su nombre devino en, Encarnación La China, tal como hoy conocemos a Isabel la Católica, a Catalina la Grande o a Juana la Loca.
El espiritismo en Cuba (frase tan idónea para titular un libro; que aseguraría existe) difiere mucho del que pueden conocer los seguidores de esta disciplina en Inglaterra; cuna de esta ciencia, para llamarlo como conviene referirse a lo desconocido; o los de Francia, patria de Allan Kardec.
Pudiera parecer poco serio valerse del espiritismo para una entrevista profesional, pero si nos detenemos en un breve análisis argumentativo, podremos presentar una lista, sino extensa, al menos suficiente, dada la celebridad de quienes la forman.
Sir Arthur Conan Doyle creador del mito literario de Sherlock Holmes, invirtió su fortuna viajando para dar conferencias en favor del espiritismo; el escritor sir Oliver Lodge (1851-1940) no ocultó sus inclinaciones hacia este campo; tampoco, sir William Crookes, (1832-1919), químico y físico británico. Su coterráneo, el escritor Arthur Machen, militó en la secta hermética Golden dawn, la cual, si bien no era espiritista, sí era de declarada proclividad hacia el ocultismo y la comunicación con seres superiores; Bulwer Lytton autor de, Los últimos días de Pompeya, fue miembro de la sociedad Rosacruz inglesa (fundada en 1867 por Robert Wentworth Little) cuyos miembros eran reclutados entre los maestros masones, (también, Martí, fue maestro masón en la logia, Armonía Número Cinco, de Madrid). A esta secta, Golden dawn, asimismo, estuvo afiliado Bram Stocker autor de, Drácula, (Personaje real, cuya influencia tiene mucho que ver con los acontecimientos que describiera, Rodelio Fandel, tiempo después y que, ahora, dan lugar a este libro). Gertrudis Gómez de Avellaneda, de igual manera, se interesó por el espiritismo; y ni qué decir de Camilo Flanmarion, de Baudelaire, de Poe. Edisson y Marconi, comprometieron su prestigio como investigadores en emplear tiempo y dinero para crear un aparato para comunicarse con los muertos. Simón Newcomb, María Curié... en fin.
En Cuba, el espiritismo, tiene otras dimensiones más pintorescas. La interacción con las culturas africanas ha incorporado al clásico vaso de agua, al perfume y las flores; el aguardiente de caña, el tabaco y hasta los mismos espíritus. La mayoría, para no decir todos, son entidades africanas: negros congos; esclavos y cimarrones. Son raros, ya ¡pero aparecen todavía! algún que otro árabe o ¡las gitanas! quizás, debido a la fuerte influencia del turismo, procedente de España, en los últimos años. La presencia de los indios norteamericanos sí ha mantenido una invariabilidad preocupante (asociados siempre a Changó), a pesar de la lucha nacional contra todo tipo de penetración ideológica, en especial proveniente de los Estados Unidos.
Encarnación La China, era una médium novedosa; solo servía de vehículo a espíritus de celebridades.
A pesar de ser mulata,[1] mantenía la ortodoxia de la Escuela Espirita de Joaquín Trincado[2], la cual, como se sabe, se abstiene de los trances aparatosos y no pasa de un vaso de agua como medio tradicional.
Aquello era raro. Por sus ancestros debía tener fuerte influencia africana en su formación profesional. Del mismo modo, por mantener una relación, al parecer estable, con Domingo Riesling: un negro con inquietudes de búsqueda, como se supo unos años después, en las tendencias que exploran el Más Allá por medio de lo que muchos llaman brujería conga pero que, en buena técnica, se denomina: Regla de Palo Monte, cargada de elementos de vigorosa sugestividad.
Así, fue como llegaron.
Los pormenores: obvios. Bien se conoce cómo se instrumentan las conexiones comunicativas con el extranjero, sobre todo telefónicas y vía satélite. El caso fue que la entidad invocada, se puede decir, llegó.
Se sabe por Jorge Mañach[3], quien logró entrevistar personas que conocieron al maestro, que éste tuvo una voz melodiosa y conquistadora; y aunque no dejaba de serlo, usando de instrumento a una mujer como La China, a Fandel, no le gustó para nada.
Al vizcaíno le interesaban, en particular, los detalles oscuros de aquella reunión, a puerta cerrada en La Mejorana, con Maceo y Gómez, de la cual, según él, se dicen muchas cosas inquietantes y se especulan otras, que tienden a ensuciar la imagen de hombres que hoy están cubiertos de gloria. Pero, según explicó con posterioridad La China, en los planos superiores los espíritus se liberan de las ataduras terrenales y olvidan, por así decirlo, las desavenencias y resentimientos que los ataban a la materialidad mundanal, quizás por ello, insistió tanto en recitar Los zapaticos de rosa, y contar la historia de Meñique, que se avienen mejor a la armonía y los sentimientos nobles.
Fraude o no, aunque el español quedara con la duda sobre un asunto que, en realidad, al resto ni les iba ni les venía ni con el cual ¡nadie! iba a resolver problema alguno, salieron de casa de Encarnación la China, bajo la mirada inquisitiva de Domingo Riesling, quien no dejó de mirar, a Fandel… como si lo conociera. Por insólito que parezca, a Rodelio, la cara de Domingo Riesling no le resultaba del todo ajena; aunque no podía identificar a aquel moreno fornido, aún en sus cincuenta y tantos, enfundado en una guayabera panameña, cuidadosamente rasurado, oloroso a buena marca de colonia... La mirada, de Riesling, era como si; por esos misterios de la vida, con los que, a veces, nos encontramos en el devenir de nuestra existencia; tuviera un atisbo sobre la tortuosa historia que, en el futuro, relacionaría sus vidas.
SOBRE EL FILM EL ACOMPAÑANTE
Por Eduardo Cordoví Hernández
Este filme de reciente factura y que ha causado favorable efecto en la crítica, a juzgar por los premios y nominaciones de relevancia que ha recibido, a mi modo de ver, merece una reflexión.
En lo que se llama buena voluntad para intercambiar opiniones distingo que no me parece necesario ser especialista, profesional ni estar eso que llamamos suficientemente informado para expresar un criterio que; sin ser técnico, preciso o instruido; merezca atención por la simple razón de que pueda estarle asistiendo el sentido común.
La obra de arte, las personas que las representan o las producen; con independencia de que puedan gustar más o menos, ser en mayor o menor medida aceptadas, reconocidas y/o celebradas ya sea por el gran público o por quienes a lo largo de la historia se han enquistado en gremios y academias, y quienes, Cervantes, distinguía como curas y barberos pero que en la vida real tienen suficiente poder como para otorgar laureles y fortunas; además de ser bellas y aunque sean en medianía, perfectas; tienen la responsabilidad social de ser buenas.
Cuando me refiero a ser buenas no lo digo en la idea de esa belleza o de esa perfección y ni siquiera en el sentido de la bondad, sino en el de la utilidad de la virtud que apuntaba un cercano maestro.
Porque cuando, en la película, comienzan al fin a develarse sus misterios y a esbozarse sus mensajes, el acompañado nos dice a las claras como si fuera el profesor Calviño ¡que valió la pena! y el acompañante termina cuadrando con la desacompañada pepilla de canela, gracias a quien parece ser el protagonista principal del filme, el señor Don Preservativo, tan llevado y traído ¡y hasta aupado!
El argumento, válido. Siempre se hace leña del árbol caído. Siempre es más fácil el análisis que la síntesis. Criticar, juzgar, poner en tela de juicio después que pasaron las cosas es ley de la vida.
Hacer lo que se hace en el momento de hacer lo que se debe, es algo por lo que hacerlo o no hacerlo le cuesta la vida a algunos, la vida miserable a otros y la opulencia a otros tantos y ¡a todos! muchas veces, sin merecerlo.
El filme tiene sus méritos y sus esfuerzos destacados; pero no deja ser triste, para mí, pensar que los jóvenes hijos de mis amistades, mis amistades jóvenes y que muchos adolescentes luego de ver este filme salgan del cine con la idea de que contraer un simple catarro ¡no digamos el SIDA! Pueda valer la pena porque lograran acostarse con la persona que les tenía el cerebro echando humo porque, en primerísimo lugar, eso ¡no es amor! (Si es que en aras del amor es que se pretenda hacer valer los sacrificios) y en un otro primer lugar, más primerísimo todavía, no es el SIDA lo único que está en la calle matando, con toda precisión, mujeres muy jóvenes; ni es, tampoco, la muerte lo peor que les puede pasar, sin que importe para nada el adecuado y cacareado uso del preservativo, porque el contagio es piel con piel; estoy diciendo cualquier parte de tu cuerpo con la zona erógena de tu pareja, téngase en cuenta: que el nylon que envuelve un pene no alcanza para proteger toda la zona sexual masculina me refiero a escroto, pubis y caras interiores de los muslos. Para más detalles lea mi artículo: Lo que nadie te ha dicho, sobre el uso del preservativo, solicítamelo a mi correo eduardo@icl.cult.cu
Éxodo de mexicanos a The Woodlands.